domingo, 18 de febrero de 2018

Michael Ende

bien, en compensasion de que no he escrito nada emocionante en mi blog, les escribir algo que lei de uno de mis escritores favoritos MICHAEL ENDE. Este pequeño cuento lo encuentran en un libro que me emociono mucho llamado "el espejo en el espejo"


Es un cuento cortito, asi que no tienen pretexto para no leerlo ok?




Despacio como gira un planeta, gira la gran mesa redonda con el gruesa tablero. encima hay un paisaje con montañas y bosques, ciudades y pueblos, rios y lagos. En el centro de todo, diminuto y fragil como una figurita de porcelana, estas sentado tu girando.


Sabes del movimiento continuo, pero tus sentidos no lo perciben. La mesa esta enmedio de una sala abovedada que tambien gira con su suelo de piedra, la boveda, los muros, despacio como un planeta.


A lo lejos, en el crepusculo, ves a lo largo de las paredes los armarios y arcones, el gran reloj de pie viejoque marca el sol y la luna, entre medias las paredes pintadas con estrellas, aqui y alla un cometa y por encima de ti , en lo alto, la via lactea en la cupula. No hay ventanas ni puertas. Aqui estas seguro, todo te es familiar, todo esta firme, te puedes fiar de todo. Este es tu mundo, gira, y tu en el centro del centro, giras constantemente con el.


Pero una vez un terremoto sacude todo aquello. El muro de piedra se parte en dos, una grieta que se abre mas y mas. Las estrellas pintadas se separan y tu te asomas a algo que es tan extraño para tus ojos, que estos se niegan a registrarlo, una lejania a la que se precipita tu mirada, una oscuridad luminosa, un vendaval inmovil, un rayo incesanta. Lo unico a que puede agarrarse tu mirar es una figura humana, apoyada contra el huracan inaudible, envuelta de pies a cabeza en lo que parece un paño tremolar, pero que, como en un cuadro, no se mueve. La figura tapada esta alli, quieta, pero no esta sobre nada, pues debajo de sus pies esta el abismo. El viento ha apretado el paño contra su cara, tu intuyes su forma.

Entonces ves como la boca se mueve detras del velo y oyes como una voz grave y suave dice:

-¡ Sal, pequeño hermano de sangre!

-¡No!-gritas aterrado- ¡Vete! ¿Quien eres? ¡No te conozco!

- No podras reconocerme -te responde el tapado- mientras no salgas. ¡Asi que ven!

-¡No quiero! -exclamas- ¿Porque habria de hacerlo?

- ya es hora- dice el.

-No -respondes tu-, no, ¡este es mi mundo! Aqui he estado siempre, aqui quiero quedarme, ¡Vete!

-Abandonalo todo -dice el- hazlo voluntariamente antes de que tengas que hacerlo. Sino sera demasiado tarde.

-¡Tengo miedo! -le gritas.

-¡Abandona tambien el miedo! -contesta el.

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