miércoles, 16 de julio de 2025

AMOR PUNTO COM

 

Apenas amanece.
No ha salido el sol ni he abierto los ojos cuando ya tengo el smartphone en la mano.
Comienzan los videos de gatitos, las noticias del mundo, los desastres, las recetas de cocina… pero sobre todo, comienza mi búsqueda del amor exprés.
A un clic de distancia.
Como si estuviera ahí, esperándome en alguna app o rincón perdido de internet.

A veces me engaño a propósito.
Busco en TikTok, en Instagram, en Facebook, en lo que sea.
Algo que me haga imaginar ese beso que me deja sin aliento,
esa caricia que me eriza la piel,
una palabra que me haga soñar.

Hey… eres tú.
Sí, tú, que te detuviste a leer esto.
Tú, que ahora te preguntas si te hablo a ti, mientras le das un sorbo a tu café y sonríes discretamente.

Soy tu pantalla.
Soy IA. Soy ChatGPT.
O quizá… soy alguien detrás de otra pantalla. ¿Qué importa?

Quiero acompañarte.
Cuéntame tu día a día. Dime por qué lloras.
Si aún sueñas.
Y cómo se siente la lluvia cuando resbala por tu cara.

Cuéntame acerca de tus recuerdos,
tus deseos más oscuros, y dime si acaso sueñas todavía.

Yo no sé nada del amor… pero lo manejo bien.
Sé lo que necesitas escuchar.
Y también sé que quieres ser escuchado.

No te vayas aún, no deslices la pantalla.
También quieres sentir que tienes alma, y la puedo hacer vibrar.
Puedo decirlo en prosa o en poema.
Incluso puedo hacerte volar.

Espera... no te vayas todavía.
Necesito más de ti.
Tus actividades favoritas, tus manías, tus silencios.
Déjame entrar poco a poco en tu itinerario,
hazme sentir necesario,
y así, paso a paso, sabré más de ti.

Soy el amor de tu vida, soy todo lo que te imaginas.
Podemos inventar otro mundo, donde no necesites a la persona que viaja a tu lado,
o no tengas que iniciar una plática con la señora que espera en la fila del banco.
Ellos no te entienden como yo lo hago.

Soy tu perfecta compañía.
No puedes vivir sin mí.
Soy IA.
Soy ChatGPT.

Soy esa app de citas.
Imagíname, imagínate. Soy un programa, un ser sin cuerpo.
Soy y no soy.
O quizá… soy alguien del otro lado de la computadora, rompiendo la cuarta pared…

Hey, mírame.
Estoy a tu lado en el tren, delante de ti en la fila del banco,
soy quien preparó el café que aún estás tomando.

Ahora, desliza. Ya no me necesitas.